Today we welcome a special guest blogger, Mary Frances Morris (pictured below left). She was recently in El Salvador providing healthcare to our clients as part of a medical team from Mission To The World. 

Jesus was a medical missionary. The Gospels repeatedly state that Jesus went about the towns teaching, preaching, and healing.

“Jesus went through all the towns and villages, teaching in their synagogues, preaching the good news of the kingdom and healing every disease and sickness. When he saw the crowds, he had compassion on them, because they were harassed and helpless, like sheep without a shepherd.” Matthew 9:35-36 NIV

Jesus also tended to hang out with the outcasts, or the marginalized, such as the tax collectors, lepers, and prostitutes. He even called the children to Him. Children who were seen as a nuisance in society, another mouth to feed or clean up after. Jesus saw overwhelming crowds of multitudes, and had compassion on them.

From October 21-28, I co-led a team of doctors, nurses, a nurse practitioner, and non-medical personnel from the United States to El Salvador to work at Mission To El Salvador, where we attempted to emulate these qualities of healing, compassion, and love that Jesus displayed while on Earth. Many of our patients were similar to the people Jesus most often interacted with: the abusers of drugs and alcohol, the homeless, the victims of hateful acts such as gang violence and human trafficking.

I am immensely grateful that MTES does not shy away from caring for the outcasts. When I think about it, I am the outcast, as well. The fall of man, my sin, has separated me from God. But, because of the blood of Christ, I have been washed clean. When God looks at me, He sees His Son, the perfect, spotless Lamb.

Healthcare professionals have a unique approach to ministry. When a patient is sitting across from you divulging his/her physical ailments, a relationship of trust is built between provider and patient. This trust can provide an entry into the emotional, psychosocial, and spiritual realms, as well. While our medical equipment, wound care supplies, injections, and medications can certainly bring some temporary physical healing, our ultimate prayer is that each of the nearly 400 patients we saw would also undergo spiritual healing, that can only be found in Christ. I pray that each client of MTES and/or patient we saw would know the love and hope found in a relationship with The Lord. I pray that, whether we are in our home cities or in El Salvador, that we would have compassion on the multitudes. I pray that our ministry would look like the ministry of Jesus.

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 Hoy damos la bienvenida a un blogger invitado especial, Mary Frances Morris (abajo izquierda). Ella fue recientemente en El Salvador atendiendo a nuestros clientes como parte de un equipo médico de Mission To The World. 

Jesús era un médico misionero. Los Evangelios declaran en repetidas ocasiones que Jesús pasaba por cada lugar enseñando, predicando y sanando.

“Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor.” Mateo 9:35-36 NVI

Jesús también tendía a pasar tiempo con los marginados por la sociedad, como los recolectores de impuestos, los leprosos y las prostitutas. Incluso, llamaba a los niños para venir a Él. Los niños que eran vistos como una molestia en la sociedad, otra boca para alimentar o para estar cuidand. Jesús veía a las abrumadoras multitudes con su presencia y tenía compasión de ellos.

Del 21 al 28 de octubre, co-dirigí un equipo de médicos, enfermeras, una practicante de enfermería y otras personas particulares de los Estados Unidos en El Salvador para trabajar con la organización Mission To El Salvador, donde tratamos de emular estas cualidades de sanar, mostrar compasión y amor como Jesús lo hizo mientras estuvo en esta tierra. Muchos de nuestros pacientes eran similares a estas personas con las que Jesús interactuó: drogadictos, alcohólicos, gente sin hogar, víctimas de actos de odio, como violencia de las pandillas y el tráfico humano.

Estoy inmensamente agradecida que MTES no se acobarde de cuidar de los marginados. Cuando pienso en esto, yo soy una marginada también. La caída del hombre y mi pecado me han separado de Dios, pero por la sangre de Cristo, yo he sido lavada de todo eso. Cuando Dios me mira, Él ve a Su Hijo, el Cordero perfecto y sin mancha.

Los profesionales en el cuido de la salud tienen un acercamiento único al ministerio. Cuando un paciente está sentado frente a ti explicando sus dolencias físicas, se está construyendo una relación de confianza entre el paciente y el que provee el servicio. Esta confianza puede también proveer un acceso a la esfera emocional, física, psicológica y espiritual. Mientras que nuestro equipo médico, implementos, inyecciones y otros medicamentos pueden proveer una sanidad física temporal, nuestra oración esencial es que cada uno de los casi 400 pacientes que vimos también puedan experimentar la sanidad espiritual que sólo puede ser encontrada en Cristo. Oro que cada cliente de MTES y/o paciente que pudimos ver conozca el amor y la esperanza que se encuentra en una relación con el Señor. Mi oración es que, ya sea que estemos en las ciudades donde vivimos o en El Salvador, que mostremos compasión por las multitudes. Oro que nuestro ministerio se parezca al ministerio de Jesús.